Esta foto la tomé en una piazza cuyo nombre no recuerdo en Venezia, Italia. La magia del lugar, la puesta de la mesa, el color delicado del mantel rosado, la sencillez, las flores cautivaron mi atención y no tuve más opción que sacar esta y mil fotos, que detenerme a respirar ese aire a dejarme acariciar por ese sol y respirar profundo agradeciendo el estar ahi.
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