Desde chica me fascinaron los granny squares, sus colores, formas, su belleza. Mi yaya los tejía con ternura y alegría y los cosía para formar mantitas abrigaditas para el invierno. Guardo como un tesoro la mantita que me tejió con retacitos de lanas de colores recolectadas de los rincones que sobraban en casa de cuando se tejía. Mi mantita me abriga, me calma, me mima, me cobija, me hace sentir protegida. Me recuerda al abrazo de la yaya, a sus manos calentitas, a sus cosquillas, a su risa divertida.
2 comentarios:
Me encantan tus comentarios por que sos muy sensible y sentimental
Que lindo recuerdo de tu yaya ella lo debe sentir en donde este,como vos la seguis sintiendo.
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